Les
he contado siempre que me gusta la cocina, que me gusta preparar platos
deliciosos y experimentar con sabores y olores, que me gusta hacerlo cuando
tengo humor para ello, así como obviamente me gusta comer bien. Pero el 100% de
lo que he preparado es salado, me da como miedito adentrarme en el mundo de lo
dulce porque sé que para eso hay que ser muy buena…y yo todavía voy a mitad de
camino.
Sigo
el ejemplo de mi madre en muchas acciones de mi vida y aprender a hacer tortas
es algo en lo quería imitarla, la primera torta de mi mamá era una roca
incomible y hoy en día hace unos bizcochos y unos cupcakes maravillosos. La
invité a la casa a estrenar mi nuevo horno y que nos preparara una torta, eso
sí, sólo con el firme propósito de tomar nota de cada detalle para hacer el
intento luego.
El
plan inicial funcionó, mami hizo un bizcocho que le quedó esponjoso y delicioso
a su máxima expresión, tomé mis notas, y hasta grabé un video de la contextura
final que debe tener la mezcla antes de verterla en el recipiente para hornear.
Ahora
bien, después de 3 semanas el plan secundario no tanto, yo seguí al pie de la
letra cada anotación, sin embargo la mezcla final no se parecía tanto o nada a
la de mami y aunque el resultado final no fue tan desastroso en sabor (sabía
bien honestamente), la textura fue casi de galleta!!! Requería de toda tu fuerza para morder... aunque nos
la comimos casi toda…
En
fin que el que no lo intenta no sabrá si funciona…yo aplico ese pensamiento
para casi todo en la vida y aprender a hacer tortas no será la excepción!! Ya
me saldrá…
Sabores:
Con ganas de aprender que lo dulce no debe darte miedo…bueno sí, pero sólo las
primeras 20 veces que lo intentas.
Besos de Chocolate
Nadeska
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